“En cuanto a la tierra insular Atlántida, esta era grandiosa, confederada, maravillosa y poderosa... Posterior al tiempo de los seísmos excesivos y de los cataclismos originados en un día y una noche terriblemente penosa… la tierra insular de la Atlántida, de forma similar, debajo de la mar desapareció”.
Así relata Platón en El Timeo el trágico final de la legendaria isla de la Atlántida, anegada por las aguas del mar. La historia de esa civilización perdida ejemplifica el castigo a la arrogancia humana y también la vulnerabilidad de una isla frente a la inmensidad solitaria que la rodea.
Hoy las islas del mundo se enfrentan a otro cataclismo similar, aunque esta vez a cámara lenta: la subida del nivel del mar por causa del calentamiento global. En paralelo, muchas de ellas también deben enfrentarse a otros grandes retos asociados al cambio climático como es el suministro de agua potable para abastecer a la población. Las islas y los archipiélagos marinos están rodeados de agua que, paradójicamente, no pueden utilizar.
Los esfuerzos de ACCIONA van encaminados a afrontar ambos desafíos. Por un lado, contribuimos a mitigar el cambio climático a través de la descarbonización de la economía y la transición hacia las energías renovables y, por otro, proporcionamos la tecnología necesaria para que islas como Canarias, Baleares o Cabo Verde cuenten con agua potable para sus habitantes.
Y no es un caso aislado: llevamos cuatro décadas desarrollando proyectos de desalación que lleven un bien fundamental para la vida a más de treinta millones de personas, gran parte de ellas residentes en islas de todo el mundo y en zonas amenazadas por el estrés hídrico como países de Oriente Medio. Esa experiencia nos ha permitido ponernos en la vanguardia de la desalación, con algunas de las plantas más eficientes y sostenibles del planeta. Si quieres saber algo del trabajo que estamos haciendo en ese campo, sigue leyendo.