Seguro que has oído hablar alguna vez del efecto mariposa. Este concepto de la teoría del caos explica que un evento tan insignificante como que una mariposa bata sus alas en algún lugar recóndito puede desencadenar un huracán en el otro extremo del mundo mediante un caótico proceso de amplificación: El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York.
De manera similar, una circunstancia como un nivel mínimo de aceite en la multiplicadora de un aerogenerador del parque eólico de Waubra (Australia) genera una reacción instantánea en Pamplona (España) -a más de diez mil kilómetros de distancia-, donde se pone en marcha un protocolo que corregirá la incidencia. Sin embargo, lo que acaba de suceder no tiene nada que ver con la teoría del caos, sino todo lo contrario. Nos encontramos en el Centro de Control de Energías Renovables de ACCIONA, o CECOER, que gestiona toda la producción eléctrica de la compañía. ¿Quieres saber qué es y cómo funciona este gigantesco cerebro tecnológico?
El CECOER es el mayor centro de control de instalaciones renovables del mundo. Desde su emplazamiento en la localidad española de Sarriguren, a las afueras de Pamplona, gestiona el funcionamiento de todas las instalaciones de generación eléctrica de la compañía en el mundo junto con las de clientes terceros, y entre sus cometidos destacan cuatro funciones principales:
En la práctica, esto significa que el CECOER es un ojo abierto 24 horas al día, 365 días al año, que supervisa todas las instalaciones de energía renovable que la compañía opera en todo el globo para detectar, registrar y dar respuesta a cualquier incidencia que pueda producirse. Paralelamente, el CECOER comunica al operador del sistema eléctrico de cada país la previsión de producción en las siguientes horas y la producción en tiempo real de cada instalación, es decir, anticipa cuánta energía va a generar cada central tras analizar la predicción meteorológica. Asimismo atiende y aplica las consignas enviadas por el operador del sistema para reducir o incrementar la energía producida en un momento dado y así mantener la estabilidad del sistema eléctrico.
Por otro lado, el Centro de Control de Energías Renovables funciona como un gigantesco cerebro tecnológico que procesa y almacena millones de datos procedentes de todas las instalaciones para asegurar su funcionamiento, prever la energía que va a producirse en las próximas horas y registrar la que se está produciendo en cada momento. El CECOER demuestra día a día que una elevada proporción de energía renovable puede ser integrada en el sistema eléctrico con la máxima seguridad y fiabilidad.
Asistir a una jornada de trabajo en el CECOER, el centro operativo de ACCIONA, es como presenciar un vals perfectamente coreografiado. Hasta ochenta personas trabajan por turnos de forma continuada, con una imponente pantalla de 11 metros cuadrados presidiendo la sala, para asegurar el correcto funcionamiento de todas las instalaciones de la compañía.
Los técnicos supervisan y ofrecen asistencia remota a más de cuatrocientas instalaciones de generación eléctrica y 270 subestaciones de transformación en una veintena de países, y cualquier posible eventualidad es monitorizada a tiempo real para ser subsanada: Cada año se gestionan más de medio millón de incidencias, de las cuales un 60 % se corrigen en remoto, un porcentaje que será cada vez más elevado, con el fin de optimizar la disponibilidad de las instalaciones. Cuando no es posible una solución remota, el CECOER contacta de inmediato con técnicos a pie de pista para resolver la incidencia sobre el terreno lo antes posible.
Gracias a este continuo control del CECOER, la compañía puede gestionar con las mayores garantías casi 14.000 megavatios, una potencia renovable equivalente a la de catorce centrales nucleares de tamaño medio.
El CECOER se mantiene siempre alerta para garantizar una energía limpia y sostenible en los cinco continentes.
Si te ha gustado esta historia puedes descubrir más en ACCIONA.
La planta fotovoltaica que abastece de electricidad limpia a decenas de miles de sudafricanos es en sí misma una colosal obra de ingeniería