La del hombre es una historia de tenacidad por dominar los elementos y ponerlos al servicio de la civilización humana. La tradición y la mitología están llenas de valientes que desafiaron a la naturaleza y, con mejor o peor suerte para ellos, regalaron un salto evolutivo sin precedentes a la humanidad. Prometeo devolvió el fuego a los hombres, Dédalo logró conquistar el viento y elevarse como un ave para escapar de Creta, Alejandro se enfrentó a la inmensidad del mar creando el primer artefacto con el que practicar buceo…
Y es que el ser humano avanza a fuerza de inconformismo. En esa narrativa bien podemos enmarcar a la energía eólica. Los aerogeneradores, máquinas colosales capaces de aliarse con el viento para abastecernos de energía limpia, encuentran sus antepasados en los molinos de la Persia del 1.000 a.C. De aquellas primeras construcciones que coqueteaban con el viento para moler cereal hasta las turbinas eólicas modernas han tenido que pasar siglos de investigación y progreso.
En 25 años de trayectoria eólica, ACCIONA ha instalado más de 230 parques eólicos propios, con más de 6.400 aerogeneradores. Estas instalaciones producen energía limpia equivalente al consumo eléctrico de más de 6 millones de hogares en 14 países de los cinco continentes. Una aventura que necesitó de paciencia, confianza y mucha firmeza. Hoy desde ACCIONA podemos relatar esta historia de cómo dominamos el viento.
En diciembre de 1994 parecían colosos. Los 6 aerogeneradores que se instalaron ese año en la sierra del Perdón, cerca de Pamplona (España), medían 40 metros de altura de buje, es decir, hasta la nariz de la turbina, y casi 60 metros con la vertical de sus palas. Si nos situásemos sobre el pedestal de la Estatua de la Libertad y mirásemos hacia lo alto, tendríamos la misma sensación que contemplando desde abajo una de estas turbinas. Han pasado 25 años desde entonces, y aún siguen funcionando impertérritas como el primer día a pesar de que les auguraron 20 años de vida.
El Parque eólico del Perdón y el parque El Cabrito (antes kW Tarifa) son las instalaciones eólicas comerciales más antiguas de España. Ambas fueron puestas en marcha por ACCIONA. 1994 marcó un hito en el calendario de las energías limpias y el primer paso para convertir el viento en electricidad no contaminante. Esos 500 kW de potencia nominal por aerogenerador significaron el inicio del despegue de esta energía limpia en nuestro país.
En los dos años siguientes, el Parque del Perdón acogió 34 aerogeneradores adicionales hasta totalizar los 20 MW de potencia que mantiene en la actualidad. El viento se dejaba dominar por los gigantes, que se convertirían en una realidad tangible y manifiesta para todo el mundo, máxime al ser cruzada por el Camino de Santiago la sierra con la que comparte su piadoso nombre. El parque del Perdón pasó a ser una referencia energética, socioeconómica, medioambiental y tecnológica, lideró los ránquines de Europa en productividad y hoy día es parte de la memoria histórica de la energía eólica en España.
Nuestro paseo por la historia de cómo dominamos el viento nos lleva hasta el Cádiz de 1995, año en el que se inauguró el parque eólico El Cabrito, el más antiguo de la provincia. Una instalación que, pese a los años que lleva en pie, hoy luce tan nueva como a finales de siglo. El Cabrito ha sido renovado 24 años después de su puesta en marcha, con objeto de mejorar su eficiencia técnica y reducir la afección en el entorno.
Los 90 aerogeneradores de 330 kW de potencia unitaria han sido sustituidos por 12 unidades de tecnología Nordex-Acciona Windpower, 8 de 3 MW y 4 de 1.5 MW. Los números hablan por sí solos. Contar con menos aerogeneradores no solo no ha disminuido la capacidad total, sino que la producción ha aumentado un 16% gracias a la mayor eficiencia de los nuevos equipos.
Los efectos de esta reducción pueden apreciarse en el paisaje, puesto que se han recuperado cerca de 24.000 m2 de suelo. El proyecto ha supuesto la eliminación de 3,4 kilómetros de caminos de acceso, además de plataformas y otras infraestructuras, todas ellas ya innecesarias en el nuevo parque.
El Cabrito luce ahora como una gran extensión de terreno sostenible, donde naturaleza y energías renovables conviven en la mayor armonía posible. Cualquier que se acerque a este parque de Cádiz podrá comprobar la mejorar visual y acústica que ha supuesto este cambio.
Unos beneficios que disfrutan sobre todo las aves que habitan la zona. La distancia entre turbinas, antes de unos 45 o 65 metros, ha pasado a oscilar entre los 170 y los 300 metros, lo que permite una mayor permeabilidad de paso. Además, la menor velocidad de rotación de las palas representa un menor riesgo de colisiones.
La renovación del parque de El Cabrito nos recuerda cuánto ha llovido desde los comienzos de la década de los 90. Tanto El Perdón como El Cabrito han marcado una senda por la que transitarán nuevos modelos de aerogeneradores cada vez más majestuosos y potentes.
La primera turbina diseñada íntegramente por ingenieros de ACCIONA se instaló en el año 2000 en el parque eólico de Aizkibel, cerca del pionero El Perdón, pero con casi el triple de potencia (1,3 MW) que sus hermanas de 500 kW.
Hoy, ya a través de la compañía Nordex, de la que ACCIONA es accionista de referencia, las descendientes de aquellas máquinas superan los 4,5 MW de potencia (¡nueve veces más que las de El Perdón!), y sus palas dibujan al girar una circunferencia de 149 m de diámetro. Definitivamente han dejado pequeños a aquellos colosos que hace 25 años se alzaron en Navarra.
Los parques El Perdón y El Cabrito son las instalaciones eólicas comerciales más antiguas de España y las primeras construidas por ACCIONA.
ACCIONA ha instalado más de 230 parques eólicos para sí y otros 60 para otros promotores, con cerca de 8.000 aerogeneradores en total. De ellos, 6 son áreas experimentales en las que se ponen a prueba nuevos modelos.
El Parque Experimental de Vedadillo, situado también en Navarra, la cuna del viento controlado, es uno de los más punteros. Allí, las turbinas son sometidas a pruebas de fatiga con vibración artificial, simulando el paso de los años y comprobando su resistencia a temperaturas extremas.
El Parque acoge 3 aerogeneradores del modelo AW 3000, de 3 MW de potencia nominal, uno de los más exitosos del mercado eólico internacional. Las unidades instaladas en Vedadillo presentan 120 metros de altura de buje y hasta 125 metros de diámetro de rotor, con una de las mayores áreas de barrida del mercado de eólica terrestre. Ahora ni la Estatua de la Libertad, con pedestal y todo, puede dar medida de semejante titán. Sus palas miden más que la banda de un campo de fútbol de primera de punta a punta y, cuando entra en movimiento, su circunferencia podría abarcar el campo entero.
La capacidad productora de estos aerogeneradores multiplica por seis la de sus hermanos de El Perdón. Cada molino AW 3000 puede abastecer el consumo de 2.000 hogares, evitando la emisión de más de 7,000 toneladas de CO₂ en centrales de carbón. Además, su complicidad con el viento cada vez es mayor, como un matrimonio al que la edad le regala el profundo conocimiento del otro. Las turbinas empiezan a producir energía y alcanzan su máxima potencia a menores velocidades de viento, por lo que ofrecen más horas de generación anual que antes y con menor número de turbinas.
En los 25 años que han transcurrido desde la puesta en marcha de aquel primer parque eólico navarro, la eficiencia de estas máquinas y la capacidad de generar energía limpia para nuestras casas no ha parado de crecer: la potencia de los aerogeneradores se ha multiplicado por 6, la producción por 8, las torres son tres veces más altas y el diámetro del rotor se ha multiplicado por 3. Y estas cifras se quedan pequeñas con las últimas versiones que ACCIONA está incorporando en sus últimos parques.
La energía eólica sigue siendo la más eficiente para producir energía limpia, inagotable, que se renueva, que reduce las importaciones energéticas, que genera riqueza y empleo local y que contribuye al desarrollo sostenible.
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