Recorremos un interminable laberinto de calles flanqueadas por medio millar de edificios que se apelotonan a nuestro alrededor. Son torres que superan los 30 metros de altura –diez u once plantas–y que para nuestro alivio ocultan los rayos de sol mitigando en parte el sofocante calor. No estamos en El Loop de Chicago, ni en el barrio hongkonés de Tsim Sha Tsui, ni en el Distrito Financiero de San Francisco. Estamos en Manhattan, pero no en ese Manhattan. Esto es Shibam (Yemen), el Manhattan del desierto, y estos rascacielos llevan en pie 1.700 años.
La Ciudad vieja amurallada de Shibam, en el sur de la península arábiga, es el más antiguo modelo de planificación urbana basada en la construcción vertical. A vista de pájaro, su perspectiva es espectacular: un recinto amurallado rectangular desbordado por un caótico bosque de gigantes de barro. Extramuros, kilómetros y kilómetros de arena: nuestra visión se pierde en el horizonte del desierto Ramlat al-Sabatain sin importar la dirección en que miremos.
Shibam es hoy una pequeña localidad yemení de 7.000 habitantes cuyos peculiares rascacielos llevaron a la Unesco a designarla Patrimonio de la Humanidad en 1982. Pero es, además, un ejemplo de exitosa aplicación de material compuesto, si bien no de los más antiguos que se han documentado, desde luego uno de los más fascinantes.
Los edificios de Shibam, construidos entre los siglos IV y XVI de nuestra era, fueron levantados empleando adobe, que es básicamente una mezcla de arcilla y barro. Se trata del primer composite elaborado por el hombre, y aunque la investigación y el desarrollo, la tipología de sus componentes y los usos que se le da han evolucionado de una manera exponencial, su definición no ha variado lo más mínimo: los composites están constituidos por dos o más elementos de tal forma que su combinación permite la creación de un nuevo material cuyas prestaciones son muy superiores a las que cada uno puede aportar por separado.
Al igual que aquellos ingenieros árabes, ACCIONA comprende que el composite abre un extenso abanico de posibilidades y que el futuro más innovador y sostenible se conjuga en futuro compuesto. Por eso ACCIONA cuenta con dos talleres de producción destinados a la fabricación de piezas y estructuras en materiales compuestos, así como a la realización de ensayos a escala real.
Es en otro centro, el de I+D de ACCIONA, donde se lleva a cabo la investigación y desarrollo que sitúa a la compañía como un referente en el sector de los materiales compuestos. Se trabaja principalmente con fibras de carbono y fibras de vidrio unidas entre sí mediante materiales poliméricos; y utilizando procesos como hand lay-up, pultrusión, RTM (resing transfer moulding) o infusión de grandes espesores, el departamento de Innovación Tecnológica de ACCIONA ha logrado grandes avances.
Mediante el uso de materiales compuestos, ACCIONA puede sustituir en sus obras materiales tradicionales como el acero o el hormigón por estructuras como vigas, cables, barras o forjados de composite, entre otros, que suponen mejoras sustanciales a lo largo de todo el proceso constructivo; además proporcionan mayor ligereza, evitan problemas de corrosión, ofrecen gran resistencia mecánica, alta versatilidad, transparencia electromagnética… Beneficios que se traducen en montajes más rápidos y fáciles y construcciones más sostenibles.
El diseño, la fabricación y la instalación de composite es el puente hacia el futuro de la innovación, la sostenibilidad y los grandes resultados. Un futuro perfecto. Un futuro compuesto.