Cuenta la leyenda que un sultán árabe escondió un tesoro de incalculable valor durante el asedio cristiano de Almería. La ciudad, fundada por Abderramán III en el año 955 después de Cristo, vivía sus últimos días como territorio musulmán de al-Ándalus y se incorporaría definitivamente a la Corona de Castilla en 1489. Según la fábula, este gobernador escondió sus preciadas alhajas en una cueva submarina del Cabo de Gata para que no cayeran en manos del enemigo y así recuperarlas más adelante e iniciar una ofensiva para retomar la villa. Sin embargo, el sultán murió antes de cumplir su objetivo y sin revelar el emplazamiento exacto del valioso escondite, por lo que su tesoro ha permanecido oculto hasta nuestros días y sigue sepultado bajo tierra… ¿o quizás no?
Bien es sabido que con el paso de los siglos la realidad tiende a difuminarse. Se retuerce, se exagera, se mezcla con rumores y mitos y da a luz nuevas historias, aunque siempre con un componente verídico. ¿Y si el tesoro que quería proteger el sultán no estaba compuesto por monedas de oro, rubíes, zafiros y diamantes? ¿Y si aquel descomunal botín que según la leyenda está al borde del Mediterráneo es precisamente la costa de Almería?
Un simple vistazo al entorno del golfo almeriense basta para darse cuenta de que la leyenda del tesoro de Cabo de Gata es simplemente el envoltorio que durante los últimos quinientos años ha protegido el auténtico tesoro del sudeste español: las playas de Almería.
Con un litoral bañado a partes iguales por el agua y la luz, Almería es una de las ciudades europeas con más horas de sol al año –una media de casi 3.000-, y no en vano el célebre promotor turístico Rodolfo Lussnigg la bautizó en los años 20 del pasado siglo como “la ciudad donde el sol pasa el invierno”.
Un tesoro natural de semejante magnitud precisa de unos guardianes a la altura. Mantener los 21 kilómetros de orilla mediterránea de la ciudad de Almería en óptimas condiciones es un desafío del que nos sentimos especialmente orgullosos. ¿Quieres saber cómo lo hacemos?
A lo largo de doce playas, ACCIONA se encarga de la limpieza y el cuidado integral de arenales, accesos, paseos marítimos e incluso del agua hasta veinte metros mar adentro. Para ello, despliega una flota de maquinaria y personal que se refuerza cuando es necesario: peones, tractores, cribadoras, despedregadoras, traíllas, camiones recolectores, pulverizadores, vehículos de agua a presión, quads, catamaranes…
El plan de acción global puesto en funcionamiento por ACCIONA en colaboración con Grupo Generala y el Ayuntamiento de Almería -a través de la plataforma Almería Sostenible-, garantiza que este balcón sobre el mar Mediterráneo luce un esplendor permanente. De esta forma, sus habitantes y visitantes puedan dedicarse en exclusiva a disfrutar de la belleza y del descanso que ofrecen unas playas limpias, puras y virginales.
Uno de los rasgos identificativos de ACCIONA, la búsqueda constante de la sostenibilidad en todos sus proyectos, motiva también que se trabaje con especial interés en la conservación de la biodiversidad. Por un lado, se vigila y asegura el desove de tortugas bobas que eligen la arena de Almería como el lugar idóneo para enterrar sus huevos. Además, se colabora con el Ayuntamiento en el tratamiento y recogida de animales varados, en particular delfines, que llegan a las playas de la ciudad. Conservar este excepcional entorno supone uno de nuestros mayores compromisos: con nosotros mismos, con la ciudad de Almería y con el legendario tesoro del sultán. Si quieres conocer más historias como esta puedes visitar la página web de ACCIONA.