¿Has pensando alguna vez qué harías si te regalaran cuatro días y medio libres cada año? Es el espacio de tiempo ideal para esa escapada romántica que llevas meses planeando. 112 horas que quizás sean el lapso necesario para terminar de poner a punto la moto antigua que estás restaurando. O 6.720 minutos para no hacer nada: disfrutar de un paseo, tumbarte en el sofá o simplemente estar con los tuyos.
El 31 de mayo de 2015, más de 20.000 personas recorrieron a pie los 4,6 kilómetros del túnel Legacy Way, en la ciudad australiana de Brisbane. Cuando volvieron a salir a la superficie, dentro de su bolsillo se había deslizado un talón “por valor de cuatro días y medio libres al año para hacer lo que quieras”. Acababan de atravesar un túnel del tiempo en el día de su inauguración. Un túnel que desde entonces cruzan 20.000 conductores a diario y que ha convertido a la capital del estado de Queensland en una ciudad más sostenible, limpia y apacible.
¿Has pensando alguna vez qué harías si te regalaran cuatro días y medio libres cada año?
ACCIONA, liderando el consorcio Transcity junto con la australiana BMD Constructions y la italiana Ghella, superó los mayores desafíos imaginables para regalar a los habitantes de Brisbane este funcional pasaje subterráneo. ¿Quieres saber por qué se trata de una obra colosal?
La proyección del túnel Legacy Way no era una empresa sencilla. Brisbane es una pujante capital del este australiano que en los últimos quince años ha experimentado un aumento de población de un millón de personas –de 3,5 a 4,5 millones-. Para reducir las congestiones de tráfico, el gobierno local concluyó en 2008 que la mejor opción pensando en el crecimiento futuro de la ciudad era soterrar parte de la circulación. De esta manera, se proyectó un túnel de 4,6 kilómetros que uniría las vías Western Freeway e Inner City ByPass, al oeste del centro urbano.
En abril de 2011, ACCIONA dio inicio a unas obras que durante los siguientes cuatro años fueron perfilando un nuevo horizonte de calidad de vida para Brisbane… con un mínimo impacto en el hábitat local. Los Jardines Botánicos, el cementerio de Toowong –conjunto de interés histórico artístico-, zonas verdes, vecindarios, áreas de ocio o el Brisbane Grammar School son sólo unos pocos ejemplos de la importancia que la integración paisajística con la zona cobraba en este proyecto.
Para garantizar la mejor convivencia posible con el entorno durante los cuatro años de trabajo, se tomaron una serie de medidas adicionales. En primer lugar se dispuso una nave acústica para disminuir el ruido generado durante los trabajos de excavación. Además, la colocación de una cinta de evacuación de material de más de medio kilómetro de longitud permitió prescindir de más de 180.000 viajes de camiones de desescombro hacia una cantera cercana.
¿El resultado? Se evitó la emisión de más de 1.000 toneladas de dióxido carbono a la atmósfera, una reducción drástica de la contaminación acústica en la zona y la disminución de afecciones a la vegetación local por polución y polvo. Esta solución significó el Premio de Innovación 2012 por parte de la Municipalidad de Brisbane.
Bajo tierra, el trabajo fue cosa de dos gigantes. Con un diámetro de 12,4 metros –un edificio de cuatro plantas-, una longitud de 100 metros –nueve autobuses- y 2.800 toneladas de peso -23 ejemplares de ballena azul-, las tuneladoras Joyce y Annabell horadaron la tierra en ambos sentidos con una producción media de 746 metros excavados al mes, llegando a perforar en un solo día 49,7 metros.
Los beneficios para la población fueron inmediatos. Nada más abrirse al tráfico el 25 de junio de 2015, el tráfico en la superficie experimentó un enorme alivio. Con un ahorro de 14 minutos por trayecto y una zona que sigue siendo verde y silenciosa, los habitantes de Brisbane disfrutan ya de cuatro días y medio libres al año y un entorno sostenible y preparado para los desafíos de un prometedor futuro.
Si quieres conocer más proyectos como el Legacy Way visita la página de ACCIONA.
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